Oídos bien abiertos
¿Alguna vez has hecho una "prueba a ciegas" sonora?
Con los ojos cerrados y los oídos bien abiertos: emprende un viaje auditivo por nuestras fincas.
¿Alguna vez has hecho una "prueba a ciegas" sonora?
Con los ojos cerrados y los oídos bien abiertos: emprende un viaje auditivo por nuestras fincas.
Imagina eso: te encuentras en algún lugar de los viñedos de los Domaines Barons de Rothschild Lafite, siendo testigo de una etapa clave en la elaboración de nuestros vinos.
Tienes el sonido, pero no la imagen. ¿Cosecha? ¿Bodega? ¿Sudamérica? ¿Languedoc? Concéntrate bien. Ponte los audífonos, sube el volumen y prueba tu sentido del oído. ¿Puedes adivinar qué está pasando?
La respuesta correcta es 1): efectivamente, se trata de Cristian Lotelo, el ovejero de nuestro viñedo chileno de Los Vascos, guiando a nuestras ovejas de cabeza negra en su corral.
Respuesta : Lamentablemente, no tenemos a un Cabernet para proteger nuestras vides, pero afortunadamente tampoco hay roedores comiendo nuestras cosechas. Cendrine, viticultora en Duhart-Milon, está podando los sarmientos al final del invierno.
La opción correcta es 2): estás en nuestra tonelería, escuchando una sinfonía particular, las seis etapas de la fabricación de una barrica: el montaje, el tostado con el curvado, el recorte, el agujereado, el lijado y el acabado.
Respuesta : Has acertado… y no hay mérito en ello. Para degustar, solo necesitas un sacacorchos, una copa de vino y tiempo. La técnica y la banda sonora son iguales para todos nuestros vinos.
Respuesta 3): los oídos atentos habrán reconocido el característico zumbido de nuestras abejas chilenas en el Valle de Colchagua, dedicadas a producir la excelente miel de Los Vascos.
Respuesta 1): los oídos atentos habrán reconocido el acento borgoñón de nuestro burro. La granja de Domaine William Fèvre, nuestra propiedad en Chablis, también cuenta con gallinas, vacas, gansos y, por supuesto, los últimos nacidos, nuestros corderitos…
Respuesta 2): este magnífico tango, interpretado entre otros por Caetano Veloso, es también la última grabación de Carlos Gardel antes del accidente aéreo que le costó la vida en Medellín, el 24 de junio de 1935.