«He descubierto en el vino del Château Lafite un licor generoso y delicioso solo comparable a la ambrosía de los Dioses del Olimpo»

 

Mariscal de Richelieu (1755)

Historia

Los orígenes y la familia Ségur

Si bien la primera referencia conocida de Lafite se remonta al año 1234 con un tal Gombaud de Lafite, abad del Monasterio de Vertheuil situado al norte de Pauillac, la existencia de Lafite como Propiedad Medieval se encuentra documentada desde el siglo XIV. El nombre Lafite proviene de “la hite”, voz que en idioma gascón quiere decir “la colina”. Probablemente por aquel entonces ya existían viñedos en la propiedad, pero fue gracias a los Ségur, en el siglo XVII, que el viñedo se estructuró, afianzando la reputación de Lafite como gran propiedad vitícola. Jacques de Ségur inició la plantación del viñedo Lafite alrededor de 1670 y a principios de la década siguiente. En 1695, el hijo heredero de Jacques de Ségur tomó por esposa a la heredera del Château Latour, quien dio a luz a Nicolas-Alexandre de Ségur. Así se unieron las dos propiedades señoriales de Lafite y Latour, dando inicio a una historia vitivinícola común.

Más información

El viñedo

Un viñedo en plena madurez

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El viñedo abarca tres áreas principales: Los lomajes que rodean al château, la meseta de Carruades situada inmediatamente al oeste, y una parcela de 4,5 ha en la vecina comuna de Saint Estèphe. La superficie total es de 112 ha, de las cuales 103 poseen viñedos. Se trata de tierras de grava fina en profundidad, mezclada con arenas eólicas sobre un subsuelo calcáreo de origen terciario, con buen drenaje y adecuada exposición.

Las cepas incluyen cabernet Sauvignon (70%), Merlot (25%), Cabernet Franc (3%) y Petit Verdot (2%).

La edad promedio del viñedo en general es de 39 años, aunque cabe precisar que aquellas vides de menos de 10 años no participan en la elaboración del Grand Vin, lo que eleva la edad promedio de las parras que producen el Grand Vin a unos 45 años. La parcela más antigua, llamada “La Gravière”, fue plantada en 1886.

Desde 1962, la gestión de la propiedad está en manos de un solo equipo que supervisa tanto a Château Lafite Rothschild como a Château Duhart-Milon, dada la contigüidad de ambas propiedades. Eric Kohler, director técnico de los châteaux bordeleses, es asistido en sus funciones por Christophe Congé, enólogo y vinificador, y por Louis Caillard, maestro viñatero.

Las técnicas utilizadas en ambos châteaux son, por lo tanto, idénticas y se enmarcan en un esquema tradicional que abarca desde un estricto control de los rendimientos y cosechas realizadas a mano hasta numerosas tareas llevadas a cabo manualmente durante todo el año. La escasa o nula utilización de abonos químicos y una que otra aplicación de estiércol permiten a la vid alcanzar una edad avanzada. Se intenta en lo posible no arrancar parras, acción que solo se realiza cuando estas sobrepasan los 80 años.

 

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La bodega

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 La cosecha de cada parcela es tratada en cubas separadas a fin de preservar la identidad del terroir que dio origen a la uva durante las primeras etapas de la vinificación. En Lafite, tradición y progreso técnico van de la mano. Las fermentaciones tienen lugar en dos salas de fermentación: una sala tradicional compuesta de grandes fudres de roble y una sala tradicional que comprende cubas de acero inoxidable equipadas con anillos de refrigeración y calefacción integrados, sistemas de automatización y control de temperatura centralizado.

Al concluir la fermentación alcohólica se realiza una primera cata de las cubas antes de trasegar su contenido a las cubas de vino fino o “vino gota”; por su parte, los hollejos son exprimidos de forma independiente para extraer el “vino de prensa”. Luego se procede a una nueva etapa de fermentación, llamada fermentación maloláctica, la cual se lleva a cabo en cubas antes de transferir cada lote a las barricas.

Cabe destacar que en 2010 Lafite aumentó su capacidad tecnológica mediante la construcción de dos bodegas que albergan a varias decenas de barricas de poca capacidad. La primera está destinada al merlot y se compone de cubas de concreto de 50 a 125 hl para vinificar con especial atención las diversas parcelas de merlot. La segunda bodega es de separación (cubas de acero inoxidable de 30 a 70 hl) y se destina a la fermentación maloláctica (segunda fermentación), con el fin de prolongar la selección realizada en las parcelas hasta el fin del proceso de vinificación para todos aquellos lotes que lo necesiten, ya sea Cabernet o Merlot.

Todas las barricas provienen de la Tonelería de Domaines y su tostado ha sido específicamente adaptado durante su fabricación a las características del vino. Cada cuba es sometida a una serie de catas durante el mes de diciembre a fin de asegurar una estricta selección del Grand Vin. El ensamblaje se realiza al momento del primer trasiego de las barricas en el mes de marzo. Es el turno entonces de la crianza y el envejecimiento del vino en la bodega, etapa que se prolonga por un periodo de 18 a 20 meses. Durante este tiempo, el maestro bodeguero realiza una serie de trasiegos con el fin de separar los sedimentos de las borras del vino limpio, y un “collage” o clarificación consistente en la adición en cada barrica de cuatro a seis claras de huevo batidas ligeramente a nieve para coagular las últimas partículas que se encuentran en suspensión y poder precipitarlas al fondo de la barrica. El vino se encuentra ya listo para su embotellado, proceso que se desarrolla de una sola vez en el mes de junio.

La bodega circular de Château Lafite Rothschild fue construida bajo la dirección del arquitecto Ricardo Bofill e inaugurada en 1987. Destinada a la crianza de los vinos durante su segundo año, el edificio destaca por su forma octogonal poco común y por su bóveda sostenida por 16 columnas. Puede albergar hasta 2.000 barricas.

 

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Autenticidad

Verifique la autenticidad de su botella Château Lafite Rothschild y Carruades de Lafite.

 
Con el fin de garantizar la autenticidad de nuestros envases de Château Lafite Rothschild y Carruades de Lafite, a contar de febrero de 2012 todas  las cápsulas de nuestras botellas etiquetadas cuentan con un sello de autenticidad.
 
El sello consta de un «código burbuja» único e irreproducible asociado a un código alfanumérico.

La implementación de este sistema refleja el compromiso de Domaines Barons de Rothschild (Lafite) de combatir eficazmente la falsificación y de garantizar a nuestros consumidores un seguimiento de calidad.

  • Château Lafite Rothschild
  • Carruades
    de Lafite

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